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Familia Bartomeus

Noviembre de 2015

Barcelona - Cataluña

Como ya os he explicado en otras ocasiones lo más divertido e interesante de mi trabajo es que cada familia es única y esto hace que cada sesión sea un reto totalmente distinto y enriquecedor. Mireia, la madre,  me escribió a finales del año pasado interesada por mi trabajo y por la promoción navideña que ofrecí en las pasadas fiestas. Intercambiamos un par de mails, donde le explique como seria la sesión,  le aconsejé que se quitara las imágenes preconcebidas de la cabeza, le di un par de tips a la hora de escoger el vestuario para su familia, concretamos la fecha, todo estaba listo para nuestro encuentro en el Turó Parc de Barcelona.

 

Salí muy temprano de casa, me gusta llegar con calma, buscar la dirección y donde aparcar el coche sin ningún tipo de presión ni estrés. Eran ya las 10:30 de la mañana y yo estaba tocando a la puerta de esta familia que no conocía de nada, pero que sabia que estaban esperándome con muchísima ilusión, para que yo, esa desconocida que encontraron a través de Internet, captara con mi cámara la complicidad, el amor y la magia de su familia.

Es curioso la verdad, al principio todos estábamos un poco nerviosos, los padres intentan que sus hijos y yo conectemos a la primera,  pero tengo comprobado que cuando se trata de niños tan pequeños, la conexión se consigue con la acción del momento y a través del juego. Una vez nos presentamos, saque mi cámara, mis lentes e hicimos una postal de navidad que deseaban enviar a sus familiares. Fue perfecto, porque ellos sabían que no es mi estilo, pero al ver que lo que quiero es complacerlos y que tengan un recuerdo para toda la vida, se quedaron mas tranquilos. Hecha esta foto y con el cuerpo más relajado salimos de casa y nos fuimos caminando al parque, charlamos por el camino les conté un poco de mi vida y ellos de la suya.

Y ahora si, llego el momento de la acción, se quitaron los abrigos, y empezaron a jugar con sus dos pequeños sin parar, lo que suelo hacer es incentivar a los niños a correr y a saltar, eso les encanta y siempre pican, es ahí donde empiezan a sonreírme y donde mi cámara empieza a disparar sin parar.  A los padres les dí algunas pautas pero a medida que la sesión fue avanzando se empezaron a sentir mas cómodos y yo simplemente les fui persiguiendo mientras ellos disfrutaban de una mañana de domingo con sus bebes en el parque de al lado de casa.

¡¡Y este es el resultado…!!  Por supuesto el mérito no es sólo mio, aquí trabajamos fotógrafa y familia de la mano. Creo que para ser una cita a ciegas y no conocernos de antes, nos ha salido bastante bien. ¿Quién más se apunta?.

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